sábado, junio 30, 2007
Clases de Religión Evangélicas

La decisiva apertura de los colegios de La Serena
Contrario a lo que sucede en la mayoría de los colegios del país, en la capital regional poco a poco se está dando cumplimiento a la ley que obliga a los establecimientos educacionales públicos a incorporar la asignatura de religión evangélica en sus aulas.
Javiera Kühne y Felipe Correa no ocultan su felicidad. Ambos estudiantes de quinto año del Colegio Carlos Condell de la Haza participan con entusiasmo cada miércoles en la clase de religión evangélica que imparte su profesor Aldo Chea. Son dos horas a la semana que esperan con ansias. Durante ese tiempo dialogan e interactúan con otros niños sobre temas comunes, encuentran respuesta a muchas de sus inquietudes y hasta se divierten. “Soy evangélico prácticamente desde que nací, así que siempre quise tener clases de mi religión en mi propia escuela”, señala Felipe, mientras que Javiera destaca lo divertidas y educativas que son las clases que imparte el profesor. Como Javiera y Felipe, en el Colegio Carlos Condell de la Haza existe cerca de un centenar de alumnos, equivalente a casi un 10% de la matrícula total del establecimiento, que asiste a clases de religión evangélica, lo que claramente constituye un cambio sin precedentes en la historia de este colegio y que sólo se repite en otros tres colegios también dependientes de la Corporación Municipal Gabriel González Videla. Alcanzar esta primera apertura hacia otras creencias religiosas distintas a la católica, no ha sido una tarea fácil para la comunidad evangélica. Pese a que en Chile rige desde hace 8 años la Ley 19.638, que establece la libertad de culto en el país, y que desde 1983 existe el Decreto 924 del Ministerio de Educación que faculta a los colegios a impartir distintas asignaturas religiosas, previa aprobación del Ministerio y de la autoridad religiosa correspondiente, en la práctica su aplicación ha estado muy lejos de lo que muchos esperan. Para el presidente de la Comisión de Educación del Consejo de Pastores Evangélicos de La Serena, Jorge Stevens, existen varias razones que lo explican. Una de ellas, afirma, “es el desconocimiento, porque cuando empezamos a tramitar todo esto nos encontramos con que, aun entre las autoridades, había mucho desconocimiento de la ley, pero como ahora vemos que existe un mayor conocimiento y un deseo efectivo de ponerla en práctica, es que partimos no reclamando o exigiendo que se nos abrieran las puertas de los colegios, sino que se nos permitiera iniciar el año con un plan piloto para impartir las clases de religión evangélica en tres colegios”. ABRIENDO AULAS Junto a la escuela Arturo Prat Chacón y el Liceo Técnico Femenino de Las Compañías, el Colegio Carlos Condell de la Haza es uno de los primeros establecimientos educacionales municipales de la región en incorporar las clases de religión evangélica. Su implementación no ha sido fruto del azar. Según lo explica Cristian Parra, subdirector del Departamento de Educación de la Corporación Municipal Gabriel González Videla, esta novedad se remonta a mediados del año pasado cuando, respondiendo a una inquietud planteada por el Consejo de Pastores Evangélicos de La Serena, el alcalde Raúl Saldívar instruyó al Departamento de Educación generar en los colegios municipales un espacio para que dicha manifestación religiosa tuviera igualdad de oportunidades de ingresar a las aulas. “Lo importante es que acá se ha sido coherente con un discurso integrador de la gente y tolerante con cada una de las manifestaciones culturales de la comuna. Al entregar un espacio educativo para que una corriente religiosa realmente tenga cabida en los colegios, hemos dado un paso que prácticamente no se ha dado en otros establecimientos de la región y son muy pocos los municipios del país que lo han implementado”, señala Parra. Para el profesor de inglés del Colegio Carlos Condell, con diplomado en Teología y pastor evangélico, Aldo Chea, la buena disposición de la autoridad comunal y de la Corporación Municipal han sido claves al evitar que la Ley de Culto sea “letra muerta”. “Todos los colegios que no hacen lo que la municipalidad realiza con el Colegio Carlos Condell están fuera de la ley. Derechamente”, afirma el docente. EL RECONOCIMIENTO QUE ESPERABAN Más allá de que el alcalde o el propio director del Colegio Carlos Condell no compartan sus creencias religiosas, el presidente del Consejo de Pastores Evangélicos de La Serena, Marco Vásquez, admite que existe un valioso gesto de parte de estas autoridades, al reconocer que la comunidad evangélica también puede ser un aporte al mejoramiento de la educación, tal cual lo ha demostrado, afirma, el Colegio Cristiano, inaugurado hace cuatro años en el sector La Pampa. “La ley nos favorece, pero a la vez nos permite aportar, con lo que Dios nos ha entregado, para contribuir a que la educación en Chile muestre los frutos que todos esperamos”, sentencia el pastor. VALORES Y CONVIVENCIA ESCOLAR Florencio Alzamora, director del Colegio Carlos Condell de la Haza, afirma no haberse equivocado al apoyar la implementación de clases de religión evangélica en su colegio. Es más, recalca que haber emprendido la apertura religiosa de su colegio ha sido un potente beneficio que no se puede desconocer. “Esto llenó una necesidad que hacía falta satisfacer. Dijimos que sí a la religión evangélica, porque ha significado un aporte al establecimiento, ellos nos han venido a aportar en cuanto a valores y convivencia dentro del colegio, y eso es muy importante considerando los crecientes niveles de violencia que hoy se está viendo en los colegios”, señala Alzamora. En tanto, María Moreno, madre de un hijo que asiste a clases de religión evangélica en el Colegio Carlos Condell de la Haza, tampoco oculta su satisfacción por este cambio que, desde hacía muchos años, esperaba se hiciera realidad por parte de la comunidad evangélica. “Como padres y apoderados es una bendición de Dios que se esté dando esto, porque es un derecho que se les había negado a nuestros hijos. Además, considero que es una valiosa oportunidad que se nos abre no sólo a nuestras familias, sino también a nuestra religión”, enfatiza la apoderada. NECESIDAD LATENTE Aldo Chea no desconoce que en La Serena se está dando un paso importante en satisfacer una sentida demanda de la comunidad evangélica. No obstante, afirma que esta apertura todavía no es suficiente como para desistir de un sueño que hace un año vio frustrado. Aldo Chea fue quien hace un tiempo lideró, junto a un hermano, la intención de transformar el edificio de una ex productora de morrones, ubicado a metros del puente El Libertador, en el primer colegio evangélico del sector Las Compañías. Sin entrar en detalles sobre las dificultades técnicas que impidieron concretar el proyecto, Chea recuerda que “ese colegio llenó una necesidad que no estaba suplida hasta ese momento y creo que todavía no se suple, porque hasta bastante tiempo después muchos profesores nos preguntaban por qué cerramos”.
Contrario a lo que sucede en la mayoría de los colegios del país, en la capital regional poco a poco se está dando cumplimiento a la ley que obliga a los establecimientos educacionales públicos a incorporar la asignatura de religión evangélica en sus aulas.
Javiera Kühne y Felipe Correa no ocultan su felicidad. Ambos estudiantes de quinto año del Colegio Carlos Condell de la Haza participan con entusiasmo cada miércoles en la clase de religión evangélica que imparte su profesor Aldo Chea. Son dos horas a la semana que esperan con ansias. Durante ese tiempo dialogan e interactúan con otros niños sobre temas comunes, encuentran respuesta a muchas de sus inquietudes y hasta se divierten. “Soy evangélico prácticamente desde que nací, así que siempre quise tener clases de mi religión en mi propia escuela”, señala Felipe, mientras que Javiera destaca lo divertidas y educativas que son las clases que imparte el profesor. Como Javiera y Felipe, en el Colegio Carlos Condell de la Haza existe cerca de un centenar de alumnos, equivalente a casi un 10% de la matrícula total del establecimiento, que asiste a clases de religión evangélica, lo que claramente constituye un cambio sin precedentes en la historia de este colegio y que sólo se repite en otros tres colegios también dependientes de la Corporación Municipal Gabriel González Videla. Alcanzar esta primera apertura hacia otras creencias religiosas distintas a la católica, no ha sido una tarea fácil para la comunidad evangélica. Pese a que en Chile rige desde hace 8 años la Ley 19.638, que establece la libertad de culto en el país, y que desde 1983 existe el Decreto 924 del Ministerio de Educación que faculta a los colegios a impartir distintas asignaturas religiosas, previa aprobación del Ministerio y de la autoridad religiosa correspondiente, en la práctica su aplicación ha estado muy lejos de lo que muchos esperan. Para el presidente de la Comisión de Educación del Consejo de Pastores Evangélicos de La Serena, Jorge Stevens, existen varias razones que lo explican. Una de ellas, afirma, “es el desconocimiento, porque cuando empezamos a tramitar todo esto nos encontramos con que, aun entre las autoridades, había mucho desconocimiento de la ley, pero como ahora vemos que existe un mayor conocimiento y un deseo efectivo de ponerla en práctica, es que partimos no reclamando o exigiendo que se nos abrieran las puertas de los colegios, sino que se nos permitiera iniciar el año con un plan piloto para impartir las clases de religión evangélica en tres colegios”. ABRIENDO AULAS Junto a la escuela Arturo Prat Chacón y el Liceo Técnico Femenino de Las Compañías, el Colegio Carlos Condell de la Haza es uno de los primeros establecimientos educacionales municipales de la región en incorporar las clases de religión evangélica. Su implementación no ha sido fruto del azar. Según lo explica Cristian Parra, subdirector del Departamento de Educación de la Corporación Municipal Gabriel González Videla, esta novedad se remonta a mediados del año pasado cuando, respondiendo a una inquietud planteada por el Consejo de Pastores Evangélicos de La Serena, el alcalde Raúl Saldívar instruyó al Departamento de Educación generar en los colegios municipales un espacio para que dicha manifestación religiosa tuviera igualdad de oportunidades de ingresar a las aulas. “Lo importante es que acá se ha sido coherente con un discurso integrador de la gente y tolerante con cada una de las manifestaciones culturales de la comuna. Al entregar un espacio educativo para que una corriente religiosa realmente tenga cabida en los colegios, hemos dado un paso que prácticamente no se ha dado en otros establecimientos de la región y son muy pocos los municipios del país que lo han implementado”, señala Parra. Para el profesor de inglés del Colegio Carlos Condell, con diplomado en Teología y pastor evangélico, Aldo Chea, la buena disposición de la autoridad comunal y de la Corporación Municipal han sido claves al evitar que la Ley de Culto sea “letra muerta”. “Todos los colegios que no hacen lo que la municipalidad realiza con el Colegio Carlos Condell están fuera de la ley. Derechamente”, afirma el docente. EL RECONOCIMIENTO QUE ESPERABAN Más allá de que el alcalde o el propio director del Colegio Carlos Condell no compartan sus creencias religiosas, el presidente del Consejo de Pastores Evangélicos de La Serena, Marco Vásquez, admite que existe un valioso gesto de parte de estas autoridades, al reconocer que la comunidad evangélica también puede ser un aporte al mejoramiento de la educación, tal cual lo ha demostrado, afirma, el Colegio Cristiano, inaugurado hace cuatro años en el sector La Pampa. “La ley nos favorece, pero a la vez nos permite aportar, con lo que Dios nos ha entregado, para contribuir a que la educación en Chile muestre los frutos que todos esperamos”, sentencia el pastor. VALORES Y CONVIVENCIA ESCOLAR Florencio Alzamora, director del Colegio Carlos Condell de la Haza, afirma no haberse equivocado al apoyar la implementación de clases de religión evangélica en su colegio. Es más, recalca que haber emprendido la apertura religiosa de su colegio ha sido un potente beneficio que no se puede desconocer. “Esto llenó una necesidad que hacía falta satisfacer. Dijimos que sí a la religión evangélica, porque ha significado un aporte al establecimiento, ellos nos han venido a aportar en cuanto a valores y convivencia dentro del colegio, y eso es muy importante considerando los crecientes niveles de violencia que hoy se está viendo en los colegios”, señala Alzamora. En tanto, María Moreno, madre de un hijo que asiste a clases de religión evangélica en el Colegio Carlos Condell de la Haza, tampoco oculta su satisfacción por este cambio que, desde hacía muchos años, esperaba se hiciera realidad por parte de la comunidad evangélica. “Como padres y apoderados es una bendición de Dios que se esté dando esto, porque es un derecho que se les había negado a nuestros hijos. Además, considero que es una valiosa oportunidad que se nos abre no sólo a nuestras familias, sino también a nuestra religión”, enfatiza la apoderada. NECESIDAD LATENTE Aldo Chea no desconoce que en La Serena se está dando un paso importante en satisfacer una sentida demanda de la comunidad evangélica. No obstante, afirma que esta apertura todavía no es suficiente como para desistir de un sueño que hace un año vio frustrado. Aldo Chea fue quien hace un tiempo lideró, junto a un hermano, la intención de transformar el edificio de una ex productora de morrones, ubicado a metros del puente El Libertador, en el primer colegio evangélico del sector Las Compañías. Sin entrar en detalles sobre las dificultades técnicas que impidieron concretar el proyecto, Chea recuerda que “ese colegio llenó una necesidad que no estaba suplida hasta ese momento y creo que todavía no se suple, porque hasta bastante tiempo después muchos profesores nos preguntaban por qué cerramos”.