martes, febrero 27, 2007

 

Mas el justo por la fe vivirá


Cuando Dios te invita a un nuevo nivel, y te da una visión en el espíritu, no te da todos los detalles de un solo. Me di cuenta que te da el punto A y te dice que debes llegar hasta la Z, pero jamás te menciona los puntos intermedios.


Profeta Brenda Kunneman


www.cashluna.org



viernes, febrero 23, 2007

 

Pon tu mirada arriba


La gran mayoría de personas no tiene un objetivo, una visión, una meta en su vida. El 95% muere sin tener una visión. Ves nacer un niño y no sabes para qué nació. En general, la gente no sabe lo que realmente quiere. Tiene sueños, pero no tiene una visión.
Colosenses 3:1Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
La gran mayoría de personas no tiene un objetivo, una visión, una meta en su vida. El 95% muere sin tener una visión. Ves nacer un niño y no sabes para qué nació. En general, la gente no sabe lo que realmente quiere. Tiene sueños, pero no tiene una visión. Si no la tiene, ¿cómo tendrá provisión? La Biblia dice que tienen que poner la mira en algo. La mira es lo que tienen las armas arriba, con lo que apuntas. Yo te hago la pregunta: ¿Tienes la mira puesta en algo en la tierra, tienes un objetivo claro? Cuando juegas un partido de fútbol, sabes bien qué es lo que tienes que hacer: meter goles, ganar el partido; no importa la estrategia, pero tienes que meterlos. Está claro cuál es el objetivo, pero no todos tienen claro su objetivo en la vida, sino que la viven siguiendo la corriente, van y vienen adónde los lleve.
Escribe objetivos claros en tu vida. Cosas que tú digas: “Yo no me voy a morir hasta ver esto cumplido”. Pon los objetivos de lo que quieras tener, puedes incluir las áreas que quieras: tu familia, trabajo, ministerio; lo que creas que es importante y valioso para ti.
Tu vida es una saeta. Es mejor que sepas hacia dónde será disparada. Una bala perdida no llega a ningún lugar. Hay un dicho que dice: “El que no sabe adónde va, ya llegó.” Todos tienen objetivos, como llegarse a casar, poder tener una familia feliz, el ver crecer a sus hijos, tener una casa o una empresa rentable. El apóstol Pablo dice una cosa aquí que quiero que le pongan atención: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba y no en las de la tierra”. Pon atención que lo que Pablo nos enseña es algo más de lo que hicimos en este momento. Cuando escribas tus objetivos, hazlo poniendo la mira en el cielo y no en la tierra solamente. A veces, cuando fijamos objetivos, no lo hacemos de esta forma. Por ejemplo, dices: “Yo quiero ser una persona millonaria, pero hay muchas formas de serlo”. Así como está el empresario, está el narco. Tú un día vas a llegar arriba, y ¿qué va a pasar con ese millón? No serás juzgado por el objetivo en la tierra, sino por la forma en que lo lograste.
Todos vamos a ser juzgados por Dios. Quiero que dejes de pensar en la vida en la tierra y que pienses en el momento en que te pares delante de Jesús. Quiero hacerte esta pregunta: ¿Qué es lo que pasará en ese momento? Porque si todas nuestras metas son terrenales, el día que muramos se acabaron las metas. Si vas en una carrera cuyo fin es el cielo, apúntale al cielo. Si dices: “Yo quiero educar bien a mis hijos”. ¿Cómo quieres que tus hijos lleguen al cielo? Debes pensar cómo quieres que estén cuando lleguen delante de Cristo.
Fallamos con ver sólo las cosas aquí en la tierra. Tú pudiste haber dicho: “Quiero construir la casa de mis sueños aquí en la tierra”. Pero si tú no tienes sueños para tu casa en el cielo, tu sueño de aquí en la tierra se acabará algún día. Tienes que tener algo puesto allá arriba. ¿Qué quieres que suceda cuando llegues al cielo? Yo quiero arrodillarme ante el Señor, besarle los pies y decirle: “Señor, tú sabes que hice lo posible por traerte la mayor cantidad de almas”. Toda mi vida gira alrededor de ese objetivo. Yo no vivo para el día que llegue a la tumba, sino para día que llegue al cielo, porque ahí seré juzgado. Como todo gira alrededor de cuando llegue al cielo, todo lo que hago en la tierra lo hago planeado para cuando llegue allá. Mi matrimonio, mis hijos, mi carrera, mi trabajo, mi dedicación, mi esfuerzo, todo lo hago para cuando llegue delante de Cristo y le pueda dar cuentas de eso. Cuando realmente tienes la mira puesta en algo, todo lo demás en tu vida gira alrededor. Escribe qué quieres que suceda el día que llegues a pararte delante de Jesús.
Nuestra mente ha pensado más en los objetivos de la tierra que en los del cielo. Ahora escribe cuáles son tus objetivos para el cielo. Quiero que anotes cinco áreas y qué harás para cumplir tus objetivos en cada una de ellas. Tu matrimonio, tus hijos, tus finanzas, tu ministerio y tu vida como ciudadano en esta nación. Por ejemplo, si el objetivo de mi vida es llegar un día delante del Señor y llevar la mayor cantidad de discípulos, no puedo tener un matrimonio que no gire en torno a eso. La educación que les doy a mis hijos, va en esa vía; los educo para que cuando lleguen al cielo, digan: “Mi papá trajo tantos, pero yo traigo tantos”. Debes escoger el trabajo y la vida financiera que te lleve a alcanzar esos objetivos. El trabajo que tienes ¿realmente te ayuda a cumplir ese objetivo?
Déjame contarte esta anécdota: Yo estudié derecho en la Universidad Francisco Marroquín. Una noche estábamos estudiando derecho bancario, tenía una catedrática muy dura, estricta, pero muy buena. Estábamos leyendo el código de la ley, y ella dijo: “¿Están todos de acuerdo con esto?” Lo volvió a preguntar, y todos dijeron “Sí”. Cuando volvió a preguntar, yo levanté la mano que no estaba de acuerdo. (En la universidad conocí al Señor, leía la Biblia antes y después de clases.) Yo levanté la mano y le expliqué la razón por la cual no estaba de acuerdo, y se me quedó viendo y dijo: “Tiene razón, usted es brillante, pero es un desperdicio. Podría ser un buen abogado, pero se pasa leyendo la Biblia todo el tiempo”. Yo le dije: “El día que usted y yo lleguemos delante de Jesús, vamos a ver quién desperdició su vida”. Yo tengo la mira arriba.
Hebreos 11:8Por la fe Abraham obedeció siendo llamado para salir a un lugar que habría de recibir como herencia sin saber adónde iba.
No todo el que sigue a Cristo sabe adónde va, pero sabe a quién sigue.
Dios le dijo: “Quiero que dejes esa tierra y que te dirijas a una tierra que yo te voy a mostrar”, y él obedeció por la fe. Si tú quieres más obediencia, pide más fe.
9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa.
Dios le habló a Abraham; éste a Isaac, y éste a Jacob. Ellos son coherederos de la misma promesa. No toda promesa recibe un llamado de Dios, pero todos pueden ser herederos de las promesas de un llamado. Todo aquel que crea al pastor que Dios puso en la congregación, recibe las mismas promesas de Dios. Cuando tienes un padre espiritual, cuando crees que ese llamado es para ti, lo que Dios le ha prometido a tu padre espiritual también es para ti.
10 Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos cuyo arquitecto y fundador es Dios. 13-16 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
Dios le dice a Abraham: “Quiero que dejes esa vida y que te vayas al lugar donde yo te voy a decir”. El obedece y llega a Canaán. Si Abraham hubiera estado pensando en esta tierra, mientras vivía en la otra, hubiera tenido tiempo de volver. Si manejas el carro de tu vida viendo el retrovisor, va a dar vuelta en U. Si estás viviendo una vida pensando en tu pasado en el mundo, vas a terminar regresando allá. Así pronto terminarás allí, porque terminarás en el lugar donde fijas la vista. Abraham está en la tierra prometida, creyó que esa tierra iba a ser de él. La tierra prometida son las promesas que Dios te ha dado. El dijo: “Cree tú y toda tu casa será salva; impón las manos y los enfermos sanarán; te prosperaré conforme a mis riquezas en Cristo Jesús; todo lo que tu mano tocaré será bendito; serás cabeza y no cola”.
Hay cantidad de promesas aquí en la tierra y eso es lo que representa la tierra prometida. Todos ustedes deben de estar esperando algo de Dios. Si no estás creyendo por algo mayor a lo que tienes, no tienes fe. El quiere darte algo grande y la única forma de obtenerlo es por fe. Sin fe es imposible agradar a Dios; por lo tanto, El te pone a creer por cosas grandes. Las pone delante de ti para levantar tu fe, porque en el momento en que te pones a creer, Él hace. Te pregunto: ¿Tienes metas para tu vida? Si no estás esperando algo, no estás usando la fe. Y si no vas a usar tu fe, ¿para qué necesitas a Dios? El siempre quiere poner algo grande delante de ti para que le creas. Esa tierra prometida que fluía leche y miel tenía gigantes. Ahora Dios desea que derribes gigantes, pero motiva tu fe para creer en algo grande, porque al creerlo, los gigantes se mirarán pequeños. Eso es lo que Dios tenía. Dice la Biblia que El habitó como extranjero en esa tierra. Era la tierra que Dios le había prometido, era su tierra, pero vivió como si no fuera la suya, como que fuera extranjero. Dijo: “Soy extranjero y peregrino en esta tierra”.
Quiero que pongas atención: Este es su pueblo, su casa, y Dios le dice: “Quiero que vayas a tu nueva casa”. Ahora llega a la tierra que Dios le va a dar y estando ahí parado, no dice: “Ya llegué a la tierra que Dios me ha dado,” sino: “Soy extranjero en esta tierra”. Y la Biblia explica por qué. Porque estaba viendo a los cielos, a una ciudad que iba a bajar de ahí; una ciudad que tiene fundamento, cuyo arquitecto y fundador es Dios.
Hay tres lugares donde puede poner su vida: su pasado, su presente en la tierra o su futuro arriba en los cielos. La mayoría de cristianos sólo miran la tierra prometida y ahí se quedan.
Cuando Dios llamó a Abraham, nunca le dijo que había una ciudad en el cielo. El único llamado que Dios le hizo fue: “Te voy a dar una nueva tierra”. Cuando Abraham iba caminando a la tierra prometida, me imagino que pensaba que Dios no lo había sacado de ahí sólo por eso, que Dios quería que cambiara de dirección. El quiere que busques algo más allá en el cielo. Dijo: “No voy a poner mi mirada aquí en esta tierra, sino allá arriba en el cielo”. Y cuando Dios llegó con Abraham, le dijo: “¿Estás bien en esta tierra?”. El dijo: “Sí, Señor, pero esta no es mi tierra, yo estoy esperando algo más allá en el cielo”.
Viene Dios y te dice: “Quiero que creas porque vas a tener tu casa propia,” y empiezas a usar tu fe para eso. Esta es Canaán aquí en la tierra y tú sueñas, ahorras porque estás creyendo por esa casa. Pero mientras lo estás haciendo, creyendo en esta tierra, quiere que te pongas a pensar que cuando llegues al cielo, tendrás también una. Que mientras crees por esta, pienses en que tienes una en el cielo; que vivas con la mirada puesta en los cielos. Dios motiva para esto a través de usar la fe para cosas que tienes en la tierra. Algunos de ustedes están creyendo porque les vaya bien aquí en la tierra. Pero mientras están creyendo por algo aquí en la tierra, voltea la mira por algo en el cielo. Cree por lo que Dios te dará el día que Jesús venga a la tierra. No limites tu mira en lo que esperas en la tierra; lo que quiere darte en el cielo es mucho mayor.
Abraham dijo: “Yo soy extranjero en esta tierra”. Dice la Biblia que lo vieron, lo confesaron y por eso Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos. El quiere hijos cuya vida apunte al cielo y no sólo a la tierra. No puede ser que todas las promesas sean para esta tierra. ¿Estás esperando algo de los cielos? ¿Estás haciendo tesoros en los cielos? ¿Tienes toda tu esperanza aquí en la tierra?
Hebreos 11:24-26Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.
No la puso en su tesoro, ni en sus títulos, sino en el galardón. Hay gente que se equivoca y dice: “Yo no quiero mi galardón”. ¿Cómo no vas a querer lo que Cristo está preparando para ti? Cuando pones la mirada en el galardón, hasta los tesoros más grandes de este mundo se quedan pequeños.
27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.
¿Cómo se puede ver al invisible? Cuando el mundo tiene ira en contra tuya, ¿qué haces? Te sostienes como viendo al invisible. Los cristianos vemos lo que otros no ven.
¿Dónde tienes puesta tu mirada? Algunos la tienen en el pasado, por eso tienen rencor y amargura. Algunos en el presente, por eso a cada rato se chocan. Algunos en el día que mueran, en la tumba; pero hay unos que la tienen en el cielo.
Hebreos 12:1Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
Cuando Jesús iba camino a la cruz, él no vio la cruz, ni la traición que le iban a hacer, ni las injusticias, ni siquiera la muerte, ni la tumba, sino el gozo que siente cada vez que un pecador se arrepiente. Cuando iba camino a la cruz, lo abandonaron, traicionaron, entregaron, le hicieron injusticias, un juicio que no era legal, no le encontraron pecado y aún así, lo condenaron, lo dejaron solo, pero El no se echó para atrás porque tenía la mirada en el día que tú ibas a venir a los pies de El con lágrimas en tus ojos y se te iba a perdonar tu pecado. El dijo: “Vale la pena, voy a aguantar todo eso por él”. Ahora El te pide que hagas lo mismo, que aguantes todo lo que sea necesario por estar con El. Así como Él puso su mirada en ti, así quiere que la pongas en Él. Así te dejen solo, te vituperen, te dejen desnudo colgado en una cruz, no te rindas nunca. Pon tu mirada en el galardón, en el invisible, esperando que un día te llamen y puedas a decir: “me costó, fue duro, pero he venido contigo”.
El que se mantenga firme hasta el fin, será salvo. El que tenga su vista puesta en los cielos, es el que llega hasta el final. Donde tú miras, es donde terminarás. Pablo decía: “Nada me va a separar del amor de Dios, ni lo alto, ni lo bajo, ni principados, ni potestades, nada me va a separar del amor en Cristo Jesús”. Habrá gente que te pueda traicionar, habrá pruebas, cosas de egipcios que debes dejar, pecados que debes abandonar, pero es tan fácil dejarlo cuando pones la vista allá arriba.
Quiero que veas en tu espíritu esto: que imagines el día que te pares delante de Jesús. Que cierres tus ojos y en este momento te imagines en el cielo, que te veas delante de Jesús, no tengas temor a imaginarlo. Ahí estando delante de El, ¿qué es lo que tú crees que El te dice? Y ¿qué es lo que quisieras decirle? Pon tu mira, tu vista en el cielo y mirándolo a El, allí quiero que hables como que este fuera el momento real, hasta que todo tu ser llegue a estar en ese lugar. ¿Qué le dirías a Jesús si estuviera enfrente de ti?

lunes, febrero 19, 2007

 

Hasta los gatos se bañaron


Así se disfruta el verano en La Serena

viernes, febrero 16, 2007

 

Tres claves para una vida feliz


Dios te quiere ver como una persona excelente, haciendo las cosas bien, gozoso en medio del proceso; quiere verte cada vez más íntegro, con deseos de hacer mejor las cosas.
“Este es el día que tú has hecho y en ti me gozaré.”

Tres claves para una vida feliz

En la vida tenemos sueños y deseos. Aquellos que somos padres de familia anhelamos buenas cosas para nuestra esposa, hijos, o un buen empleado. Y en medio de esos sueños, el Señor quiere que todo ello sea para un propósito y que tú seas feliz. ¿De qué nos sirve haber conquistado esos retos si al final de nuestra vida nos damos cuenta que hemos escalado lo equivocado? Es importante reconocer que al final, tu vida pasa, que aquello por lo que te esforzaste aquí se queda. Dios quiere que seas una persona feliz. La bendición de Jehová es aquella que no añade tristeza. El gozo es un fruto, Jesús vino gozoso a hacer lo que le tocaba. El propósito en esta vida es que vivas feliz.

La felicidad la obtenemos de tres maneras: con excelencia, integridad y entusiasmo. Esta mezcla te hace ser una persona feliz. Dios no bendice la mediocridad, sino la excelencia. Para mucha gente, la mediocridad es una forma de vida; algunos inclusive viven la vida promedio. Como cuando nos daban las calificaciones en el colegio y pasaban las listas, empezaban a decir las de cada uno. Y al final, el promedio de la clase fue 70, tú tenías 75 y bueno, estabas dentro del promedio.

Para ser realmente feliz, debemos entender que debemos alcanzar la excelencia. Cuando haces tu mejor esfuerzo, cuando llevas las cosas en orden, te sientes bien. Es importante saber que eres una persona de excelencia, porque tan sólo decir que quieres ser excelente puede ser un término muy grande. Ser una persona de excelencia es aquella que va un paso más para hacer lo que está bien; llegas puntual, das una hora de trabajo extra, no te tomas el día libre aun cuando estás enfermo, se denota la calidad de trabajo que haces y a quién llevas dentro. La diferencia de llamarte un seguidor de Cristo es una responsabilidad y se debe de reflejar en lo que hagas, en cómo haces las cosas. Puedes honrar al Señor fabricando zapatos o aviones si lo haces con excelencia y una buena actitud, con gozo, con exhortación. El problema es que muchas veces le queremos pedir cosas y que lo haga para ayer.

Debemos de entender que el Señor tiene un tiempo. Dios sabe en qué momento te lo va a entregar. Jesús se hizo pobre para que nosotros nos hiciéramos ricos. El desea para nosotros cosas buenas. La pregunta es: ¿Realmente lo crees? ¿Eres alguien que cree en Dios solamente o has dado el paso de confiar en El?

Tengo un testimonio: Había una persona queriendo pasar el Niágara en bicicleta y lo estaba pasando sobre un cable. Se anima a hacerlo, va a medio camino, la gente lo anima y al final, llega al otro lado. Llega alguien a entrevistarlo, le toman fotos y luego dice: “¿Quién se sube conmigo?”. Una niña se anima, se la lleva y cuando viene de regreso, la gente se da cuenta que lo va a lograr con la niña en el timón. Vuelven los reporteros, entrevistan a la niña y le preguntan por qué se subió con él. Ella respondió que porque él era su padre y confiaba en él.

Dios quiere que confíes en El. Es distinto confiar que creer. Si te vuelves una persona confiada en El, se demostrará sobrenaturalmente en tu vida. Como esa niña que tenía la certeza que no le sucedería nada. Así quiere Dios que confíes en Él, como un niño. No dejes morir ese espíritu de niño que llevas dentro. ¿Cuándo crees tú que Dios te quiere dar una vida feliz? Cuando confías que Dios lo hace.

Colosenses 3:23
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

Si trabajamos con ese parámetro, Dios nos promete recompensa. Tenemos que hacerlo. No es que sólo queramos ver el fruto. Algún día veremos que alguien se vuelve famoso de la noche a la mañana, pero no sabemos el tiempo que llevo detrás de escena. Una cosa es que llegará el día en que veas el fruto y otra que veas el proceso. Cuando te acercas al Señor, te desarrollas, llegas al trabajo y lo resuelves, estás pasando un proceso. Sigue avanzando, sigue creyendo, sigue teniendo esa santa terquedad.

Algo muy importante que el Señor te quiere dar es aprender a disfrutar el proceso. No pongas tu mirada en que vas a ser feliz cuando llegue el fruto; él quiere que seas feliz en el proceso. Disfruta tu día. Cada día que Él ponga en tus manos, vívelo con gozo. Aprende de tu fracaso, es sólo una escalera al próximo nivel. Muchas veces no nos gusta fracasar en algo, pero eso no te vuelve una persona fracasada, sino una persona más capaz.

Lucas 16:10
El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
Esa palabra de “ser fiel en lo poco”, si lo pones en el contexto de vivir en proceso, seguramente lo vas a seguir siendo cuando Dios te dé algo más. Es triste llegar a tener las cosas si en el proceso pierdes a tu esposa y tus hijos. Al final, ¿qué es éxito? Porque ese es un éxito equivocado si lo enfocamos solamente en las pertenencias. Dios quiere que seas una persona completa, que no te haga falta nada.

Algo importante es que en medio de ese proceso, Dios quiere que seas una persona íntegra. Tal vez alguien quiere negociar la integridad, pero Dios quiere formarte. Dios quiere que tengamos ese espíritu de excelencia, que sobresalgamos entre la multitud. Debes apuntar hacia la integridad, porque recompensa suya tendremos.


Salmo 37:23
Por Jehová son ordenados los pasos del hombre y El aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedara postrado porque Jehová sostiene su mano.

Cada vez que caigas, te vas a levantar en el Señor. La falta de integridad nos quita lo mejor que Dios nos quiere dar. El quiere formar un cimiento fuerte, para que pueda soportar la bendición que te pueda dar. Cada vez que negocias tu integridad, le estás causando una rajadura a tu cimiento, llegará el momento en que no aguante. El te quiere bendecir, pero quiere que tengas ese cimiento fuerte, necesita que tú lo reconozcas. Aprende a decir: “Señor, voy a seguir ese camino recto, aun sea difícil, aún me salga más caro.

Si en Dios confiamos, no tenemos por qué tener miedo de lo que nos pueda suceder.

Si le das felicidad a la vida, ésta te da felicidad; si le das excelencia, excelencia; si le das integridad, integridad. Hay cosas que tienes que cambiar, pero son una oportunidad, Dios quiere que seas ese barro que El quiere formar; te quiere hacer la vasija que Él te quiere hacer. Todos tenemos un potencial en Dios. Todo lo que necesitas para ser feliz lo llevas dentro, Dios ya te armó completo. Somos hechos a imagen y semejanza de Él. Todo lo puedes en Cristo.

Lo llevas todo. Di: “Padre, quiero ser una persona de excelencia, el tipo de persona que hace siempre lo correcto lo vean o no, que cuida de sí mismo, que es honesto con los demás. Ayúdame a tomar decisiones sabias. Amén”.

Dios te quiere dar un éxito y no un éxito temporal. Vemos gente que ahora tiene éxito, pero mañana no lo tienen, no es duradero. Pero El quiere darte un éxito duradero, lo único que tienes que hacer es hacer lo correcto. El te va a llevar de la mano y te lo va a dar. ¿Cuántos queremos prosperar en esta vida? No hay nadie que no quiera estar mejor. La pregunta verdadera no es tanto si quieres tener el éxito o no. La pregunta es si estás dispuesto a pagar el precio de hacer lo correcto. Si estás tratando a los demás con respeto, si eres fiel a tu palabra. La integridad y la excelencia van en la misma vía. No podemos tener una sin la otra. No puedes decir que eres íntegro si no haces las cosas con excelencia. Dios quiere llevarte a esos caminos. La persona íntegra no engaña, no habla con doble sentido, hace lo correcto porque es correcto no porque nadie lo obligue a hacerlo. Podemos engañar, ser deshonestos, dejar a un lado la moral, abaratar nuestros costos de una manera incorrecta, pero la pregunta es ¿hasta dónde quieres tú llegar? ¿Hasta dónde quieres ver la mano de Dios moverse a lado tuyo? Tú puedes provocar la gracia de Dios en tu vida, te abrirá camino donde tú no lo puedas hacer, te abrirá puertas. Dios te quiere sacar de ahí.

Los que confían en Jehová son como las águilas. No los que creen, sino los que confían. Confías en que haciendo las cosas de manera íntegra, te va dar algo el Señor. ¿Cuánto de favor quieres tú en tu vida? ¿Hasta qué punto quieres que Dios te use? ¿Cuánto quieres tú decir: “quiero conquistar mis sueños”? Dios no te trajo por casualidad, te trajo por un propósito. Traes una asignación única, Él te trajo con un sueño. La pregunta es: ¿realmente lo quieres alcanzar?

Proverbios 2:7
El provee de sana sabiduría a los que caminan rectamente.

¿Qué es lo más preciado en la vida? La sabiduría. Te pueden quitar todo, pero con sabiduría, lo vas a volver hacer y aún más.

La sabiduría nadie te la quita.

Salmo 25:11
Manzana de oro con figura de plata es la palabra dicha como conviene, o con sabiduría.

He escuchado a hombres del Señor y me he quedado maravillado de la sabiduría que Dios les ha dado.

El entusiasmo

Dios te quiere ver como una persona excelente, haciendo las cosas bien, gozoso en medio del proceso; quiere verte cada vez más íntegro, con deseos de hacer mejor las cosas. No te estoy diciendo que tú y yo lo hayamos logrado, estamos en la búsqueda en que Dios nos quiere hacer mejor. En el proceso, Dios te quiere ver una persona entusiasmada, que cuando entres a un lugar, las cosas cambien, la atmósfera cambie.

Te quiere volver una persona entusiasta, alegre, verte desde temprano entusiasmado por lo que vas a recibir. Los problemas se arreglan con gozo, con ánimo. Es como cuando Pablo fue metido preso con Silas, relata la historia que ellos empezaron a cantarle himnos al Señor, gozosos en medio de la prueba. Y dice que un ángel le soltó las cadenas y lo liberó. Tú puedes decirle al Señor: “Te voy a creer como Pablo, que en una situación difícil, tuvo una actitud de campeón y tú lo sacaste”. En medio de esa adversidad, Pablo decía: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. El era un hombre sumamente entusiasta, contento, quería lograr cosas que nadie más podía. Pregunto: ¿Vives con entusiasmo expectante de lo que Dios hará en tu vida? ¿Has aprendido a gozarte en medio de la adversidad? Créeme que Dios no se mueve por tu necesidad, sólo tu fe.

Mueve a Dios, puedes ser una persona que provoque que El se mueva en tu vida sobrenaturalmente. Créele, confía en El, para Él no hay límites, no hay nada imposible. Lo único que está esperando es que seas una persona entusiasta, con pasión. Dios quiere ver un espíritu apasionado en ti, hoy puede ser la noche en que Dios transforme tu matrimonio, tu negocio. La pregunta es: ¿Vas a estar gozoso? ¿Vas a provocar al Señor en medio de la adversidad? ¿Cuánta gente vemos perder la pasión en su vida? Recuerdo cuando estaba enamorando a mi esposa, tocaba el timbre, le llevaba rosas, hasta que la conquisté. No pierdas la pasión por venir a la iglesia, cuida aquello que Dios te ha dado.

Tal vez cuando conociste al Señor, no aguantabas las ganas de servirlo. No des las cosas por sentadas, sé una persona de excelencia, de integridad y hazlo con entusiasmo. Aprende a ver con los ojos de tu fe. Jesús dijo: “Conforme a tu fe, te sea dado”. No habrá hombre o mujer que deje algo por mí, que no reciba cien veces más. Te exhorto a que salgas convencido que estas promesas son para ti, son sobrenaturales. No seas como esas personas que pierden su entusiasmo cuando ven las cosas suceder. El te dará el fruto algún día, pero quiere ver en medio de ello tu actitud, tu integridad. No importa si has perdido tus sueños; si tu matrimonio está en juego, si tu empresa no está como quieres, el corazón de Dios y lo que El anhela es restaurarte, tus sueños, tu matrimonio, a ti como persona. Pero sobre todo, su relación con Él. Te quiere cerca de Él, que lo anheles, que lo busques, que lo pongas a El primero.

Di: Quiero ser una persona de excelencia, que recoja un papel cuando está en el suelo, que cuide lo ajeno más que lo propio. Quiero ser una persona íntegra, entusiasta, que a través de lo que diga, exhorte a los demás”.

La clave está en buscar a Dios, nutrirte de El. Lo que hoy te estás nutriendo en el Señor, no será lo que necesites para mañana, debes hacerlo diariamente. Sé que quieres inspirar en esta vida a otros para dar ese paso de excelencia, de integridad, entusiasta, que cambie vidas. Tu sonrisa e integridad les puede cambiar la vida a otros.

miércoles, febrero 14, 2007

 

Lidiando con la lujuria

Lidiando Con La Lujuria
Por Rick Boxx

Recientemente un amigo me contó la experiencia que vivió al pasar por la oficina de uno de sus compañeros de negocios. Al mirar alrededor, se quedó sorprendido al ver a ese compañero totalmente absorto con el material pornográfico exhibido en la pantalla de su computadora, que era fácilmente visible desde la entrada. Cuando mi amigo preguntó que cosa él estaba haciendo, en vez de avergonzarse y ocultar esas imágenes, rápidamente se ofreció para mostrarle más.

Según una pesquisa realizada por la Websense, un grande proveedor de Internet de soluciones para la gerencia de empleados, 17% de los hombres y 11% de las mujeres admitieron el uso intencional de pornografía en el trabajo. Hace veinte y treinta años, era muy raro que alguien llevase sus revistas pornográficas al trabajo y gastase tiempo útil ojeándolas, pero con el acceso rápido proporcionado por Internet, que coloca instantáneamente todo tipo de información en la punta de los dedos, la preocupación con pornografía durante el tiempo de trabajo se tornó común, disminuyendo la productividad para muchos trabajadores.

La Websense descubrió que los tomadores de decisiones en información tecnológica estiman que sus empleados gastan mas o menos 5.9 horas semanales en sites no relacionados con su trabajo, en una gran variedad de propósitos visan el entretenimiento, inclusive la pornografía. Todo ese comportamiento no solo reduce la productividad, sino también corroe la integridad de la empresa y de los individuos involucrados.

Mucho antes que el Internet surgiese, Jesús se refirió con palabras severas a la seducción y al poder de la lujuria. El enseñó en Mateo 5:27-29 “Oísteis que fue dicho a los antiguos; No adulterarás: mas yo os digo, que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti: que mejor es que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”.

La pornografía lanzó sus garras sobre nuestra sociedad y sus ambientes de trabajo, y su fuerza parece estar aumentando, no disminuyendo. Si usted es responsable por supervisar el bien estar de su equipo de trabajo, considere el papel que tiene que desempeñar para proteger sus ojos de la seducción y de la lujuria. Y si está enfrentando luchas personales en esa área, no piense solo en su productividad, sino también en el ejemplo que está dando a aquellos que trabajan con usted.

La disculpa común, “No está haciéndole mal a nadie”, es una mentira. Eso disminuye la eficiencia en el trabajo, destruye la integridad, causa daños al proceso mental y amenaza relaciones importantes. El tiempo para tomar una decisión es AHORA!

lunes, febrero 12, 2007

 

Milagros


Esto fue en Zacatlan,Puebla, todos ellos eran sordos pero ahora por la gracia de Dios oyen.
" Sí crees veras la gloria de Dios"

 

Milagros


Esto fue en Zacatlan,Puebla, todos ellos eran sordos pero ahora por la gracia de Dios oyen.
" Sí crees veras la gloria de Dios"

 

Más sanidades


Karla de 6 años tenía cicatriz macular, toxoplama en el ojo derecho y enotropia consectiva. Esto le provocaba que no podía ver. Trajo los exámenes médicos que certificaban su enfermedad. Y el Señor la sano y puedo ver.

 

Oramos por tí aquí



En La Serena puedes contar con nosotros.

Queremos orar por tus necesidades.

Tus peticiones de oraciones a pastorgcb@hotmail.com


 

Muchos más ...


Día tras día sigue la revolución de Cristo en el corazón de aquellos que lo han aceptado como Señor y único salvador de sus vidas.
pastorgcb@hotmail.com

 

Cada día ...

... son miles de hombres y mujeres que están conociendo al Dios de la verdad, el cuál dijo que en nuestros tiempo veriamos milagros y prodigios
como prueba de su poder.
Hoy somos muchos que determinar ser valiente
y conocer a Jesús, como nuestro Señor y nuestro
Unico salvador.
¡ Gloria a Dios por eso !

 

Milagros en Chiquimula, Guatemala


El bebé de meses llegó en los brazos de su madre, presentando anormalidades en su vista ya que su iris estaba desfasada fué sano

 

Un mensaje para la mujer

Un Diario de Oración I
El Evangelio nos dice a menudo que Jesús se retiraba a solas para orar. Nosotros también necesitamos un tiempo a solas en la presencia del Padre, antes de abrir los canales de la intercesión por nuestros hijos.
Más tú cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que esta en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en público. Mateo 6:6
El Evangelio nos dice a menudo que Jesús se retiraba a solas para orar. “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte (Mateo 14:23). Once veces Lucas menciona a Jesús orando. Nosotros también necesitamos un tiempo a solas en la presencia del Padre, antes de abrir los canales de la intercesión por nuestros hijos. A solas y en quietud podemos orar en forma mucho más efectiva y conocer la voluntad de Dios es la llave para orar efectivamente. Juan escribió: Y esta es la confianza que tenemos en El, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, El nos oye. Y si sabemos que El nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1Juan 5:14-15).
Como podemos conocer la voluntad de Dios?...leyendo y meditando en su Palabra. En ella el Señor nos dice, por ejemplo, que no es la voluntad de vuestro Padre que esta en los cielos, “que se pierda uno de estos pequeños” (Mateo 18:14). Por eso puedes orar en fe por tus hijos para que lleguen a ser salvos, sabiendo que es la voluntad perfecta de Dios.
Cree que El escucha y contesta nuestras oraciones:Jesús dice: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” (Marcos 11:24). Además nos asegura: Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará” (Juan 16:23).
Durante el tiempo que separes para estar con El, ya sea en la mañana, mediodía, o en la noche, seria de gran ayuda tener a mano algunas herramientas, como una libreta, un lápiz y la Biblia. Entonces podrás escribir tus oraciones y las contestaciones de Dios. El tiempo a solas con Dios no esta completo hasta que, no solamente hayas hablado con El, sino hayas escuchado la voz del padre.

Cashluna.org

 

¡ Venid con gozo y alegría !


Mi actitud en la vida debe ser buena, alegre, gozosa delante de Dios y de las personas. No podemos decir que creemos en Dios y que Dios es un Dios alegre, y que nuestra actitud sea de tristeza. Debe ser coherente nuestra manera de vivir. -

Pastor Joe Rosa.


www.cashluna.org

sábado, febrero 10, 2007

 

Mis pequeños de vacaciones

Estos son mis hijos y hermosos regalos de Dios.

Matías Gabriel y Valeria Constanza

martes, febrero 06, 2007

 

Fruto, más fruto, mucho fruto


Cuando uno es productivo,se siente más motivado en la vida que cuando no lo es. El fruto que das, aunque no comas tú de él como tal, lo estás dando para alguien más.
¿Cuántos desean ser más productivos y más fructíferos en la vida?
Cuando uno es productivo, se siente más motivado que cuando no lo es. El fruto que das, aunque no comas tú de él como tal, lo estás dando para alguien más.
Marcos 11:12-13
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez había en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos.
No era tiempo de higos ni tiempo de hojas. La gente que tiene un montón de hojas, pero no tiene nada de fruto es un problema. Esas higueras a Jesús no le agradan. Si vamos a dar hojas, tenemos que dar fruto.
La higuera mide de 4 a 7 metros de altura, tiene hojas poco duraderas, ramas torcidas y encorvadas. La escogen por dos cosas: por su sombra y por su fruto. En otras palabras, se escoge por su servicio. Tenemos que aprender que la belleza no es el fruto que da esa persona, sino que tiene que ser algo que se pueda comer. Hay un proverbio que dice: “La mujer hermosa y sin razón es como un cerdo con un anillo en la nariz”. La verdad, hay mujeres que son hermosas, parecen modelos, pero cuando busca la razón, se nota que tiene un anillo en la nariz.
La razón es la que en parte vivimos en una casa, en una iglesia, y con eso es con lo que tenemos que aprender a vivir, porque toda la belleza se termina.
Marcos 11:14, 20-21
La higuera ahora está seca, no va a tener higos desde la raíz. Todo el mundo piensa que la maldición fue que se había secado, pero esa fue la consecuencia. La gente piensa que cuando quiebra un negocio fue una maldición, pero la quiebra sólo fue una consecuencia. La maldición fue lo que Jesús le dijo a la higuera, ésta escucha, aun los mares lo escucharon. Pero cuando Jesús le dijo: “Jamás nunca nadie coma de ti”, esa fue la maldición y ahí fue donde se secó. La maldición es no tener a quién servir, pero mientras los mismos hijos de Dios no distingan qué es una maldición y una bendición, no podrán dar fruto.
El único que hacía alarde de conocer a Dios fue el que no produjo y fue el que mandaron a las tinieblas. Tenemos que ser más personas de frutos y no de palabras. Los otros no tenían alarde de conocimiento ni hablan en lenguas, pero actuaban.
Que nunca nadie te vuelva a sacar el jugo, que nunca nadie consuma de tu tiempo, que nunca nadie te pida ayuda, que nunca nadie te llame a media noche, eso es una maldición: no tener nada que aportar.
Esa gente que se vive quejando que sólo a ellos los llaman, no comprenden que eso es una bendición y no una maldición.
Cuando menos sientes, las personas crecen y dan fruto. Y damos gracias a Dios porque ha escuchado esa Palabra y ha dado fruto.
Cuando estás dando fruto, paz, amor, benignidad, lo estás haciendo para alguien más. Cuando se habla de fructificad es para alguien más. Lo acepte o no, Dios me ha dado la vida para alguien más, debo vivir para alguien más y dar fruto para alguien más.
La higuera la maldijo Jesús, no con decirle “sécate”. Sino porque ya no daba fruto, se secó por tristeza, por ser útil.
La maldición no consiste en que te seques, sino en nadie más coma de ti.
Entre más dispuesto estés, duele menos cuando te dicen “quédate”. Pero si no quieres, te pones tan mal y hasta tenso, porque no querías quedarte.
Juan 15:1-2
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto lo limpiará, para que lleve más fruto.

Si te das cuenta, al que le dieron el talento se lo quitó y lo mandaron a las tinieblas.
No hay necesidad de llegar hasta ese punto. En la misma tierra, cuando eres negligente, te despiden y ahí es donde se mira mal todo, porque hay que pagar las cuentas.
La primera orden que el Señor dio es de dar fruto, y la segunda fue de multiplicarse.
Lo primero que el Señor dijo fue: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”.
Di: “Yo soy hecho a imagen y semejanza de Dios”. Lo primero que Dios le habló al hombre fue de su imagen. La Biblia dice que Dios tiene cuidado de todos los cabellos de nuestra cabeza.
Creerte semejante a Dios, no es pecado, es reconocer cómo fuimos creados.
Di “Yo soy semejante a Dios, no soy menos que eso”.
Di “Yo llevaré fruto y luego más fruto”. ¿Cómo paso del fruto a más fruto? Cuando tú das fruto, haces lo que la Palabra dice, pero hay otra Palabra que dice lo que tengo que dejar de hacer. La Palabra te poda.
Para pasar de dar fruto a dar más fruto; lo que hay en medio es quitar esas cosas que a Dios no le agradan, que tienes que cambiar.
Puedes crecer dando fruto y dejar que recorte la rama. Te tienes que dejar que Dios te pode, que te limpie, y quite lo que no le agrade.
Si no cortas lo que no deja que des fruto, entonces no vas a seguir dando fruto. Termina con lo que no es de Dios, para que puedas dar más fruto.
Juan 15:3-6
Di: “Yo voy a dar fruto, más fruto, mucho fruto; recibiré su Palabra para dar fruto, seré recortado para dar más fruto y voy a permanecer para llevar mucho fruto”.
Juan 15:7
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
Cuando tú recibes una Palabra y dices: “No importa si estoy bien, o estoy en crisis, pues esta Palabra permanecerá en mí sin importar lo que esté pasando”. Cuando permanece esa Palabra, tú llevas mucho fruto. Entonces dice el Señor: “Pedid todo lo que queráis y se os será hecho”.
Pedir no es malo, si esto es lo último de la cadena de dar fruto. Pero hay personas que no quieren dar fruto; sin embargo, sí se acercan a los que tienen fruto para que Dios les responda.
Uno no puede llevar fruto si no está lleno de la Palabra.
Juan 15:8
En esto es glorificado mi Padre, en que lleves mucho fruto y seáis si mis discípulos.
Di: “Los discípulos no llevan fruto, ni más fruto, sino que mucho fruto”.
El Padre es glorificado en lo que pides, porque es una evidencia más que has dado fruto.
Si El no quisiera darte todo, por qué te dice: “Este es el premio de dar fruto: que pidas todo lo que tú quieras”, porque lo has glorificado.

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