sábado, mayo 19, 2007
Temperamento
Cambios de estado de ánimo y niveles de sensibilidad resultado de la estimulación. Existe una tendencia a conceptualizar al “temperamento” como una disposición genética mayormente debido a las diferencias en reactividad a la estimulación observada en los neonatos, especialmente hacia estímulos como ruidos fuertes, luces fuertes, movimientos repentinos, contacto físico, etc. La diferencia depende de una parte del cerebro que activa y desactiva las partes superiores del cerebro (la corteza cerebral), participa en el mantenimiento del estado de alerta y de la concentración, así como en el control del ciclo de sueño y vigilia. Cuando este sistema funciona en un nivel elevado, el sujeto se siente despierto y alerta; cuando está en un nivel bajo, se siente lento y amodorrado.
El temperamento no tiene nada que ver con el carácter ni con la moral sino que es, en sí mismo, una cualidad fundamental, una sustancia, podríamos decir, aunque no se trate de una sustancia material. De este modo, una persona hará las cosas o reaccionará de cierto modo en función de su temperamento, sin importar su educación, sus normas o su conocimiento.
En el siglo V antes de JC, Hipócrates, padre de la medicina moderna, formuló una aproximación científica del temperamento basada en la teoría griega de los cuatro elementos (todas las cosas están compuestas por cuatro “elementos” – tierra, aire, fuego y agua – formando un conjunto en varias proporciones para formar un equilibrio.
Hipócrates tomó prestada esta teoría y la aplicó al cuerpo humano. Según él, una buena salud era el resultado de un balance apropiados de los cuatro fluidos corporales o “humores” que correspondían a los cuatro elementos – sangre correspondía al fuego, flema al agua, bilis negra a la tierra y bilis amarilla al aire. Durante los siguientes dos mil años, los médicos atribuían los cambios de estado de ánimo a un desequilibrio de los cuatro elementos y trataban de curar estos desequilibrios “quitando” el exceso de un humor o administrando medicinas para suplir la falta de otro.
Galeno propuso que las diferencias en temperamento de las personas se debía a un exceso de cada elemento: flemático – exceso de flema; colérico – exceso de bilis amarilla; melancólica – exceso de bilis negra y sanguínea – exceso de sangre.
En la actualidad se ha comprobado que la teoría de Hipócrates y Galeno no estaba muy lejos de la verdad pues los científicos han determinado que las substancias producidas por las células del cerebro permiten que ocurran los procesos de pensamiento, y que substancias extrañas como drogas, toxinas, etc., interfieren con dichos procesos.
¿Qué es “carácter”?
Se dice que una persona forma carácter por su manera de reaccionar a las experiencias o estímulos que se le presentan. Se le ha llamado también “naturaleza” de una persona.
¿Qué es “personalidad”?
Gordon Allport (psicólogo) propuso que la personalidad es la organización dinámica, dentro del individuo, de los sistemas psicofísicos que crean patrones característicos de conducta, pensamientos y sentimientos.
Esta definición recalca varios aspectos:
La personalidad no es sólo una acumulación de partes y piezas; tiene una organización.
La personalidad no se limita a estar ahí; es activa, tiene procesos.
Personalidad es un concepto psicológico, pero está intrincadamente unida al cuerpo físico.
La personalidad es una fuerza causal; ayuda a determinar la forma en la que el individuo se relaciona con el mundo.
La personalidad se muestra en patrones, recurrencias y coherencias.
La personalidad no se muestra de una sino de varias maneras, en conductas, pensamientos y sentimientos.
El temperamento no tiene nada que ver con el carácter ni con la moral sino que es, en sí mismo, una cualidad fundamental, una sustancia, podríamos decir, aunque no se trate de una sustancia material. De este modo, una persona hará las cosas o reaccionará de cierto modo en función de su temperamento, sin importar su educación, sus normas o su conocimiento.
En el siglo V antes de JC, Hipócrates, padre de la medicina moderna, formuló una aproximación científica del temperamento basada en la teoría griega de los cuatro elementos (todas las cosas están compuestas por cuatro “elementos” – tierra, aire, fuego y agua – formando un conjunto en varias proporciones para formar un equilibrio.
Hipócrates tomó prestada esta teoría y la aplicó al cuerpo humano. Según él, una buena salud era el resultado de un balance apropiados de los cuatro fluidos corporales o “humores” que correspondían a los cuatro elementos – sangre correspondía al fuego, flema al agua, bilis negra a la tierra y bilis amarilla al aire. Durante los siguientes dos mil años, los médicos atribuían los cambios de estado de ánimo a un desequilibrio de los cuatro elementos y trataban de curar estos desequilibrios “quitando” el exceso de un humor o administrando medicinas para suplir la falta de otro.
Galeno propuso que las diferencias en temperamento de las personas se debía a un exceso de cada elemento: flemático – exceso de flema; colérico – exceso de bilis amarilla; melancólica – exceso de bilis negra y sanguínea – exceso de sangre.
En la actualidad se ha comprobado que la teoría de Hipócrates y Galeno no estaba muy lejos de la verdad pues los científicos han determinado que las substancias producidas por las células del cerebro permiten que ocurran los procesos de pensamiento, y que substancias extrañas como drogas, toxinas, etc., interfieren con dichos procesos.
¿Qué es “carácter”?
Se dice que una persona forma carácter por su manera de reaccionar a las experiencias o estímulos que se le presentan. Se le ha llamado también “naturaleza” de una persona.
¿Qué es “personalidad”?
Gordon Allport (psicólogo) propuso que la personalidad es la organización dinámica, dentro del individuo, de los sistemas psicofísicos que crean patrones característicos de conducta, pensamientos y sentimientos.
Esta definición recalca varios aspectos:
La personalidad no es sólo una acumulación de partes y piezas; tiene una organización.
La personalidad no se limita a estar ahí; es activa, tiene procesos.
Personalidad es un concepto psicológico, pero está intrincadamente unida al cuerpo físico.
La personalidad es una fuerza causal; ayuda a determinar la forma en la que el individuo se relaciona con el mundo.
La personalidad se muestra en patrones, recurrencias y coherencias.
La personalidad no se muestra de una sino de varias maneras, en conductas, pensamientos y sentimientos.